Todos sabemos que el artista vive rodeado de inspiración y libertad creativa. Pero para quienes apenas comenzamos, la realidad es muy distinta: incertidumbre económica, invisibilidad pública y la constante sensación de estar creando en el vacío.

No basta con tener talento y una amplia colección de obras, sino que además debes convertirte en en ser tu propio creador de contenido, sales manager, gente, gestor, publicista y comercial. Esta multitarea no sólo exige tiempo y energía, sino habilidades que a menudo no se enseñan en academias ni escuelas de arte.

El acceso a galerías, ferias y publicaciones especializadas puede parecer reservado a quienes ya tienen nombre o alguien que les respalde. Muchas veces, los espacios consagrados exigen currículums que sólo se pueden construir con experiencias que, a su vez, requieren haber estado previamente en esos mismos espacios. Es el clásico círculo cerrado.

Las redes sociales han abierto nuevas posibilidades, pero también enfrentan una feroz competencia y algoritmos que premian la frecuencia más que la profundidad. Un artista puede tener una obra potente, pero si no publica constantemente, corre el riesgo de perder alcance.

En distintas publicaciones leemos que el apoyo mutuo entre artistas, la colaboración y el intercambio con curadores, críticos y promotores culturales es fundamental…pero como hacer que te escuchen, si no te conocen?.

️ Vivir del arte sin que te conozcan es como pintar en la oscuridad: tú ves la obra, pero nadie más sabe que existe. El tener alguna oportunidad para catalizar una carrera, es un trabajo continuo y extenuante que acaba pasando factura en tus cuadros, familia y alma.

Que debemos hacer? “No tirar la toalla” es la primera idea que me viene a la mente. Verdaderamente creo que con la perseverancia, la autenticidad y la capacidad de adaptarse al entorno artístico actual, son las claves que pueden ayudarnos a salir de este laberinto. Solo necesitamos una oportunidad para construir nuestro camino, para ello hay que golpear cuantas puertas se puedan, pero en el proceso no debemos olvidar que lo mas importante en el camino es nunca vender el alma ni perder la ilusión.

Tummler. Julio / 2025